Los niños llegaron aquella mañana hasta la montaña; el árbol los vio venir cuando eran chiquitos allá en el valle cercano al pueblo, un pájaro amigo le contó que eran pequeños de todas edades y que sus risas llenaban el cielo y el árbol se alegró.
Jugaron durante todo el día recorriéndola entera. Uno de ellos, por la tarde descubrió al árbol, luego se unieron a él sus amigos los que hicieron de él su lugar preferido.
Abrazaron a su tronco, subieron hasta su copa, en donde entre las ramas instalaron su refugio. Junto al árbol y en él, descubrieron el hueco en donde vivía la rata, la rama en que dormía la lechuza, el pequeño sapo que habitaba bajo la retorcida raíz derecha y que sólo se escuchaba cantar cuando caía la tarde y así pasaban los días.
Todos los domingos al salir de la iglesia, se reunían y corriendo subían hasta el árbol y así pasaban los días y así pasaron los años...
Jugaron durante todo el día recorriéndola entera. Uno de ellos, por la tarde descubrió al árbol, luego se unieron a él sus amigos los que hicieron de él su lugar preferido.
Abrazaron a su tronco, subieron hasta su copa, en donde entre las ramas instalaron su refugio. Junto al árbol y en él, descubrieron el hueco en donde vivía la rata, la rama en que dormía la lechuza, el pequeño sapo que habitaba bajo la retorcida raíz derecha y que sólo se escuchaba cantar cuando caía la tarde y así pasaban los días.
Todos los domingos al salir de la iglesia, se reunían y corriendo subían hasta el árbol y así pasaban los días y así pasaron los años...
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