"raíz-de-el-cielo / raíz-de-la-tierra", el "árbol-real" ".

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sábado, 10 de mayo de 2008

° Segundo sueño.- "El perro".



Recordó las enseñanzas del árbol, todo lo que descubrió a su lado, el reconocimiento de que ya sabía todo lo que puede ser aprendido por las palabras; pero que sólo eran eso, palabras en el mundo de las palabras, el cascarón del cual el ave original había volado hacía ya mucho tiempo.

Era el momento de partir, de buscar la verdad en la vida, de seguir a un sueño... una vieja historia que escuchó de niño contar a su abuela, aquella de la montaña en donde vivían los hombres que sabían volar... el medio por el cual y para el cual, según el árbol, conseguiría su objetivo...


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Aquella mañana el hombre se despidió de sus padres y hermanos, dijo adiós al fiel perro y al manzano del jardín y cruzando la verja, se hizo pequeñito allá en el horizonte...

Caminó durante mucho tiempo, tanto que las semanas y los meses dejaron de tener importancia, caía la noche y llegaban los días...

De vez en cuando encontraba a otros viajeros y a todos ellos les preguntaba por la montaña, aquella donde se decía, moraban los inmortales.

Los más de ellos sonreían y sólo algunos recordaban haber oído algo parecido; era opinión general que se trataba de viejas leyendas y se extrañaban mucho de que alguien que parecía tan serio y tan decente gastara el tiempo en tales niñerías.

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Prosiguió su viaje, conoció el verde de los campos, el sabor del agua de las vertientes, el caminar del Sol a través del cielo, la presencia poderosa de la Luna, los modos de la lluvia, el lenguaje de las nubes, el vuelo de los pájaros y las bandadas al atardecer...

Todo ello observándolo y aprehendiéndolo como el árbol le había mostrado, percibiendo la "raíz-de-el-cielo" y la "raíz-de-la-tierra" y más allá de las dos y del árbol, lo "real", aquello que es invisible a los ojos...
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Hasta que una tarde, cruzando un puente escuchó que bajo él, en el río, chapoteaba algo o alguien desesperadamente...

Presuroso se asomó a la baranda, dándose cuenta que un enorme perro trataba de mantenerse a flote; pero que sus esfuerzos apenas se lo permitían.

Rápidamente el hombre se lanzó al agua, desde donde con gran dificultad pudo salvarlo, conduciéndolo de a pocos hasta la orilla.

Allí pudo observar que el pobre animal se encontraba amarrado a una enorme piedra, era evidente que habían pretendido librarse de él. Lo desató y suavemente, acariciándole las orejas le dijo:

-"He caminado por mucho tiempo en soledad y he aquí que el destino ha puesto a mi lado a un compañero..."

El perro, mirándolo atentamente, movió su cola y alegre se abalanzó sobre él, agradeciéndole con gemidos y grandes muestras de afecto su acción.
Y el hombre, contento dijo:

-"Compartiré contigo mi comida, así me sabrá mejor".

Y el perro, feliz dando un gran suspiro se echó a sus pies y desde aquel día, caminaron juntos...

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Pasó el tiempo, entre el perro y el hombre nació una gran amistad. Recorrían los campos, nadaban en los arroyos, contemplaban los atardeceres desde lo alto de los riscos y en anocheciendo, dormían juntos al calor de una fogata...

El hombre ya no temía a la oscuridad, ni a los caminantes nocturnos, pues el perro era el garante de su mutua seguridad...

Con su lenguaje silencioso y por medio del movimiento de su cola y de sus ojos dulces y melancólicos, el perro le enseñó el idioma oculto y sutil de los animales...

El cómo reconocer al amigo y al enemigo, la mentira, la indiferencia, el odio y la envidia; el peligro, la inminencia de la lluvia y de la tormenta, el norte en la sangre, los olores entre los hombres, las diferencias entre un sitio bueno y otro no tanto, el efecto de la Luna sobre los animales y el suave viento sobre el rostro, el canto sin voz de la abejas y el vuelo de las lechuzas...


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Juntos perseguían corriendo a las mariposas, conociendo el perfume de las flores en los campos y el canto de los grillos...

Al cabo de algunos años pudiera haberse dicho que habían nacido juntos, el mirar y comprender era instantáneo, bastaba un pequeño gesto para abrir mil posibilidades de entendimiento... rara vez se había visto una amistad tal, eran amigos, lo cual sin dudas, es una gran cosa...